La UX de un plátano

Curiosamente cuando buscamos inspiración para desarrollar la mejor experiencia de usuario, solemos recurrir a ejemplos demasiado elaborados, “fancy” y extravagantes, cuando lo único que debemos hacer es buscar en el refrigerador o en la bolsa del supermercado, un plátano. Así es, un plátano es el mejor ejemplo de UX que la madre naturaleza nos ha otorgado y en unos momentos entenderemos el por qué...

Imaginemos que se nos ha hecho tarde para el trabajo, tenemos hambre y contamos con poco tiempo para convertirnos en seres totalmente funcionales para antes de las 9 de la mañana y lo único que tenemos a nuestro alcance es: un plátano. Esta fruta es perfecta porque no requiere demasiado trámite para comerla, a diferencia de un mango que, además de saber escogerlo, hay que lavarlo, pelarlo, cortarlo o picarlo, para finalmente terminar todos batidos y con manchas que muy difícilmente la lavadora logrará sacar. 

Y es que no sólo no se necesita lavarlo para poder comerlo, si no que su propio empaque natural, además de protegerlo de la intemperie, está diseñado para saber de qué manera pelarlo sin utilizar ningún tipo de utensilio más que nuestras propias manos y la mejor parte, sin ensuciarnos. Tan perfectamente diseñada está esta fruta que no requiere de instructivos o de algún tipo de experiencia previa, pues su “interfaz” es tan intuitiva que es fácil entender cómo funciona e incluso mediante el uso del color, nos informa si está lista para comer o si debemos esperar unos días más. Es en este punto donde entra la gran enseñanza de experiencia de usuario que nos brinda esta fruta.

Como diseñadores UX, debemos entender que cada producto que desarrollemos debe asemejarse a la facilidad y simplicidad de un plátano, es decir, que cualquier persona que intente utilizar ya sea una app, un empaque o realizar alguna compra en un sitio de e-commerce, o controlar una transacción en un sistema web, deberá poder llevar a cabo cada uno de los pasos necesarios para completar una actividad, sin la necesidad de instructivos demasiado largos, complicados y tediosos. El usuario simplemente deberá poder guiarse de una manera natural, fácil y sencilla, haciendo uso de nada más que su intuición y, si acaso, una breve instrucción.

Recordemos que al igual que un mango, existen diferentes productos digitales que son agradables a la vista, pero que terminan siendo muy complicados de entender y por lo tanto de usar, tanto que al final lo único que logran es frustrar y estresar al usuario, de tal forma que éste no quiera volver a saber nada de dichos productos.

En Fábrica de Soluciones RAK contamos con un equipo especializado en desarrollar interfaces intuitivas y amigables para que la experiencia de usuario de cada uno de nuestros clientes sea excepcional y memorable.

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